Todos los nombres de las personas, clínicas o doctores utilizados en las cartas abiertas,
Más de 10 años luchando
He tardado varios meses en poder escribir estas líneas, no porque dudara de si escribirlas o no, sino para asegurarme de que mi/nuestro sueño seguía haciéndose realidad día tras día.
Hace unos 10 años que empezó el calvario en mi vida. Yo siempre he querido ser madre, desde bien pequeña era el único sueño que tenía en mi vida. Pero después de una relación fallida, iban pasando los años y no encontraba a esa persona con la que formar una familia. Por fin cuando me di de plazo 1 año para encontrar a esa persona especial, o me hacía una FIV con donante de esperma, apareció el que hoy es mi marido. Al año y medio nos casamos e incluso antes de casarnos decidimos empezar a ir a por nuestro primer hijo, ya que a los 2 nos encantan los niños.
Un mes tuve una regla muy dolorosa, tanto que no se me calmaba con nada y cuando fui a la ducha, llamé a mi marido y recogí algo de unos 7-8cm con mis manos, como una bolsa o algo así. Pensé que era un aborto, pero mi ginecólogo de toda la vida me dijo que no, que había sido un coagulo grande. A raíz de eso empezó nuestro calvario.
Comenzaron mis desarreglos menstruales, lo mismo manchaba 20 días seguidos que no manchaba en 3 meses, y mi ginecólogo, me decía que no me preocupara, pero el ansiado bebé no llegaba. Hasta que en una revisión, el mismo ginecólogo me dijo: “ve ya mismo a una clínica de fertilidad”, imaginaos nuestra cara, después de tanto tiempo persiguiéndolo…..
Fuimos a la Seguridad Social y directamente me desahuciaron, me dijeron que ya tenía 37 años y que tenía menopausia precoz, que no tenía ninguna posibilidad y que no iban a mover ningún papel para hacerme ningún tratamiento. Imaginaos el batacazo que nos dieron. Rápidamente fuimos a una clínica privada, con mucho renombre, y mucha publicidad hoy en día ( en aquel entonces se decía que era una de las mejores), y nos trataron como si fuera un supermercado. Allí efectivamente nos confirmaron que había sufrido un aborto y en una hoja de papel, en grande nos pusieron: “0% de probabilidades de ser padres, porque no tenía óvulos” yo me eché a llorar, todo mi sueño se vio truncado en unos segundos, mientras yo lloraba y mi marido no daba crédito a lo que decían, salimos con el presupuesto de ovodonación debajo del brazo y una factura de 175 euros. Me destrozaron literalmente.
A raíz de eso y dada mi depresión, mi matrimonio se resintió mucho, fui juzgada por familiares y personas que se interpusieron y que me hundieron más en mi depresión.
Conocí y me hice socia de Asproin, pero me daba vergüenza pedir ayuda, ya que había sido juzgada y condenada por familiares, y en mi cabeza solo pensaba:”¿si gente que me quiere ha reaccionado así, cómo van a reaccionar los desconocidos”, por lo que nunca pedía ayuda.
Al cabo de 1 año, comencé a buscar otras alternativas naturales, donde invertí y me gasté mucho dinero, es cierto que durante casi 7 años estuvimos haciendo todo tipo de tratamientos naturales, e incluso viajé a Inglaterra a un doctor que nos recomendaron y nada servía. En este largo viaje en el que hicimos talleres de meditación, reiki, mantras de creación, tantra, hipnocreación, acupuntura, osteopatía ginecológica, tratamientos medicinales con hierbas,…….; hubo un crecimiento personal muy importante tanto para mi marido como para mí. A todo esto en todos estos años, dejé mi profesión como química, estudié Educación Infantil y soy educadora, siempre he necesitado el contacto con los niños.
Pero el año pasado justo antes de la pandemia y cuando ya me estaba haciendo a la idea de que nunca sería madre y empezaba a conformarme con el cariño y amor que recibía y daba a mis pequeños alumnos, en una revisión me dijeron que si quería ser madre debía moverlo ya, porque ya tenía 44 años y a partir de los 45 baja mucho la tasa de éxito.
Así que hablé con mi marido y aunque me costó convencerle, nos decidimos, luego vino el confinamiento y otra vez todo se detuvo. En septiembre del año pasado, de nuevo en la revisión ginecológica, me lo volvieron a recomendar y me dijeron que mi salud solamente mejoraría si me quedaba embarazada. Después de varias visitas a la clínica y de ser aconsejada por Encarna en varias ocasiones, nos decidimos por la que sentimos que nos ayudarían a ser padres. Yo me llamo Gema y elegimos una al lado de la Parroquia de Santa Gema. Y no pudimos elegir mejor. Nos dieron desde el primer momento un presupuesto cerrado, nos trataron como personas que se embarcan en un proceso muy duro, solucionando absolutamente todas las dudas. Nos hicieron todo tipo de pruebas antes de comenzar el tratamiento y por fin llegó el día de la transferencia. De 11 óvulos fecundados, a día 5 sobrevivieron 5, uno de ellos de excelente calidad que es el que me transfirieron , los otros se detuvieron el día siguiente. (Cada día el biólogo nos llamaba para decirnos cómo iban evolucionando los óvulos fecundados).

Desde que me hicieron la transferencia, sentí, rogué y pedí que se quedara conmigo y así fue, 10 días después nos daban la mayor alegría de nuestra vida: POSITIVO!!!, lloramos, gritamos,….no os puedo describir con palabras lo que sentimos en ese momento. El día 24 de diciembre, día de Nochebuena, vimos e saquito amniótico por primera vez y fue el mejor regalo de Navidad que pudimos tener, como así le dije a la Doctora Marbán, que es quien nos hizo el tratamiento. Desde ese momento el tenerme que pinchar cada día era como una bendición. Cada vez que íbamos a revisión y todo estaba bien, salíamos llorando. Justo en mi 45 cumpleaños y a pesar de la nevada Filomena, asistimos a nuestra cita y escuchamos su corazón por primera vez,….Jamás lo olvidaré.
Cuando ya estaba de 12 semana y el mayor peligro había pasado, llamé a Asproin y compartí nuestra alegría con Encarna quien me pidió compartir mi experiencia con todas las personas que están en este proceso.
Hoy estoy embarazada de 33 semanas de una niña, todo va muy bien, nuestro sueño se está cumpliendo día tras día. Y día tras día doy gracias porque nuestra hija nos haya elegido como padres y esté deseando venir a este mundo para que la cuidemos. Estoy convencida que llega en el momento justo en que tiene que llegar, quizás hace 10 años no estábamos preparados para ser padres y tuvimos que pasar por todo lo que hemos pasado para valorarnos más y crecer como personas.
A todas las personas que estáis en el proceso, os recomiendo, no tiréis la toalla, si es vuestro sueño, seguir insistiendo, vuestro hijo llegará, no cuando vosotros queráis, sino cuando estéis preparados realmente y el bebé os elija.
Desde aquí mi agradecimiento a Asproin por darme la oportunidad de contar brevemente mi historia y ojalá ayudéis a mucha más gente. Gracias por todo.