“No consigo quedarme embarazada” o “¿Por qué no puedo quedarme embarazada?” pueden ser dos preguntas que actualmente estén rondando por tu cabeza.
Es común fantasear a lo largo de nuestra vida acerca de la maternidad/paternidad, nos hacemos preguntas sobre cuántos hijos tendremos, a quién nos gustaría que se pareciesen, el sexo que prefiriésemos que tuvieran, etc. Ser diagnóstico de infertilidad afecta a todas estas creencias, expectativas y actitudes que hemos estado realizándonos a lo largo de toda nuestra vida.
Por tanto, no es extraño que intentar ser padres pueda alterar psicológicamente a las mujeres y a sus parejas. Es común sentir tristeza y confusión, pero el trastorno psicológico más común asociado a los problemas de infertilidad es la ansiedad.
¿Qué es la ansiedad?
Es una respuesta anticipatoria de daño o desgracia futura. Viene seguida por un sentimiento de disforia desagradable, síntomas somáticos de tensión o conductas evitativas. Es una respuesta común cuando una situación es muy estresante. (Grupo de Trabajo de la Guía de Práctica Clínica para el Manejo de Pacientes con Trastornos de Ansiedad en Atención Primaria, 2008).
Las personas que han intentado tener un hijo de diferentes maneras y/o durante mucho tiempo, y no lo han conseguido, pueden pensar que no hay nada más que puedan hacer, y sentir ansiedad de forma muy intensa, durante mucho tiempo y/o sobrepasar la capacidad personal de adaptarse a esta situación. Esto conlleva un malestar significativo en las personas que lo sufren, con diferentes síntomas físicos y psicológicos, concretamente (APA, 2014):
Síntomas físicos:
• Sudoración, sequedad de boca, mareo, inestabilidad.
• Temblor, tensión muscular, cefaleas, parestesias.
• Palpitaciones, dolor precordial, disnea.
• Náuseas, vómitos, dispepsia, diarrea, estreñimiento, aerofagia, meteorismo.
• Micción frecuente.
• Problemas en la esfera de lo sexual.
Síntomas psicológicos:
• Preocupación, aprensión, sensación de agobio.
• Miedo a perder el control, sensación de muerte inminente.
• Dificultades para la concentración, quejas de pérdidas de memoria.
• Irritabilidad, desasosiego, inquietud.
• Conductas de evitación de determinadas situaciones, inhibición psicomotora, obsesiones o compulsiones.
Los síntomas de ansiedad suelen ser más agudos en aquellas personas sin ninguna posibilidad de tener un hijo, o que las técnicas de reproducción posible implican renunciar a tener con su futuro hijo el mismo origen genético.
Afortunadamente, cuando se diagnostica de infertilidad, existen multitud de tratamientos de reproducción, que pueden ayudar a estas parejas a cumplir su sueño. No obstante, entre el 25 y el 65% de pacientes en tratamiento de reproducción asistida, muestran síntomas clínicos relacionados con alteraciones emocionales. La intensidad de estos síntomas depende de diversos factores personales (por ejemplo, el apoyo emocional recibido) y situacionales (por ejemplo, que existan tratamientos que puedan solucionar el problema). Estas dificultades pueden explicarse por la afectación que producen los tratamientos en diferentes áreas de nuestra vida vamos a ver algunos ejemplos:
• Área emocional: son frecuentes las preocupaciones sobre si se están tomando las decisiones adecuadas (sobre el tratamiento, sobre el personal médico, sobre la clínica, etc.). Además, cuando se han obtenido varios resultados negativos en los tratamientos, se suelen anticipar que se continuarán teniendo.
• Área física: por los efectos secundarios de la medicación. También existen preocupaciones sobre si la salud puede verse afectada por los tratamientos.
• Área familiar: el proyecto de formar una familia en pareja queda paralizado indefinidamente.
• Área social: entre otras razones, por el aislamiento de los demás que suelen realizar las parejas en estos casos.
• Área financiera: por el elevado coste que implican los tratamientos de reproducción, o los fármacos.
Por este tipo de razones, la Sociedad Europea de Reproducción Humana y Embriología (ESHRE) recomienda incluir dentro del tratamiento médico de infertilidad, la ayuda psicológica profesional, para poder atender las necesidades psicosociales y emocionales.
Bibliografía
• American Psychiatric Association (2014). DSM-5. Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales. Editorial Médica Panamericana.
• Grupo de Trabajo de la Guía de Práctica Clínica para el Manejo de Pacientes con Trastornos de Ansiedad en Atención Primaria. Madrid: Plan Nacional para el SNS del MSC. Unidad de Evaluación de Tecnologías Sanitarias. Agencia Laín Entralgo. Comunidad de Madrid; 2008. Guías de Práctica Clínica en el SNS: UETS Nº 2006/10.
• Sociedad Europea de Reproducción Humana y Embriología
FUENTE: MARIA PEÑA RAMOS PSICÓLOGA
maria.pena.ramos@gmail.com