Soy María Peña, psicóloga sanitaria y colaborada de ASPROIN.
Si hay una palabra que se repite en muchas mujeres que están viviendo un proceso de reproducción asistida, esa es INCERTIDUMBRE. Puede apreciarse en preguntas como ¿Me quedaré embarazada con este tratamiento?, ¿qué pasará si no lo consigo?, ¿algún día seré madre?
Este nuevo escenario, desconocido para nosotros y, en numerosos casos, inesperado, nos ocasiona multitud de emociones. Quizás porque son muy intensas, porque no sabemos muy bien cuándo terminará… nos encontramos muchas veces sin saber manejar estas emociones, y viviendo acontecimientos que no sabemos cómo interpretar.
En esta entrada, me gustaría hablaros de un método cognitivo, para distinguir y poner distancia a los juicios emocionales que realizamos ante lo poco familiar. Puede ser aplicado en situaciones o conducta de otras personas.
Normalmente, los seres humanos interpretamos los sucesos a través de nuestras propias bases. Esto influye en no entender comportamientos, valores o normas detrás de esos comportamientos. Por ejemplo, cuando un conocido nos pregunta ¿y tú para cuando te quedas embarazada? Podemos sentir automáticamente mucha tristeza y rabia ante esa persona calificándola automáticamente de grosera. Sin plantearnos otras posibilidades que pueden estar ocurriendo.
El método D.I.E, propuesto por Janet Bennett (Directora del Intercultural Communication Institute), fue ideado para ser aplicado en entornos y relaciones con personas culturalmente diferentes. No obstante, también se puede utilizar en aquellas situaciones que no acabemos de comprender, para obtener una mejor visión.
Sus siglas significan D, descripción. I, interpretación, y E, evaluación. Nos ayuda a recordar la secuencia de pasos que podemos seguir para interpretar estas realidades desconocidas. Expondré un ejemplo para una mejor comprensión:
D: Descripción de la situación: ¿Qué veo? Únicamente hechos observables.
En primer lugar, describimos la situación que está ocurriendo lo más objetivamente posible. Lo describiríamos en términos de particularidad, sin llegar a lo general. Incluiríamos a las personas involucradas y palabras literales que se han dicho, sin excedernos en los adjetivos.
Ejemplo Descripción: Esta semana tengo cita en la clínica para que me realicen la punción ovárica. Estoy muy asustada, me cuesta dormir y no dejo de darle vueltas al tema ¿Me dolerá?, ¿servirá para algo?, ¿conseguirán extraerme muchos óvulos? ¿Serán de buena calidad? En cambio, mi pareja no parece que esté diferente estos días, parece que descansa bien, no habla del tema y cuando trato de exponerle mi preocupación evita hablar del tema.
I: Interpretación: Por qué. Qué pienso sobre la situación que estoy observando.
Seguidamente, reflexionamos y nos preguntamos el POR QUÉ de la situación descrita.
Entonces, realizaríamos interpretaciones de la situación.
Elaboraríamos, como mínimo, tres hipótesis de cada situación. Teniendo en cuenta que son eso, hipótesis, es decir, suposiciones no contrastadas. Con el tiempo deberíamos confirmar o descartar estas hipótesis, tras la obtención de más información.
También, tenemos que tener en cuenta que las interpretaciones que estamos haciendo puede que no sean la respuesta a nuestra pregunta, por lo que, deberíamos de obtener más información para conocer el porqué de la situación.
Ejemplo Interpretación: “¿Por qué mi pareja parece tranquilo esta semana?
– Interpretación 1: Porque no le importa el tema en absoluto. Solo me preocupa a mí ser madre. Él tiene otras prioridades, como su futuro laboral.
– Interpretación 2: Porque por dentro está nervioso, pero no lo exterioriza. Él trata de no pensar en el tema y abstraerse viendo el futbol.
– Interpretación 3: Porque no quiere aparentar estar nervioso para que no me preocupe.
– Interpretación 4: Porque ya hemos hablado del tema muchas veces, y lo cierto es que no sabemos qué pasará aunque sigamos hablándolo.
E: Evaluación: Qué siento sobre lo que veo y pienso.
En tercer lugar, reflexionamos acerca de cómo me siento respecto a la situación que estoy interpretando y viendo. En este momento, escuchamos nuestras emociones y sentimientos. Nos involucramos personalmente, ya que hemos podido tomar distancia de lo ocurrido en los pasos anteriores.
Ejemplo Evaluación:
– Evaluación 1 (de la interp.1 “Porque no le importa el tema”): Me siento triste cuando pienso eso. Estamos en este tema para ver realizado nuestro sueño de formar una familia, idea que me entusiasma y que me hace sentirme unida a él. Y si a él no le importa el tema, me sentiría muy sola, dentro de una situación que me está viniendo muy grande.
– Evaluación 2 (de la interp.2 “No exterioriza sus nervios”): Me siento contrariada por pensar que él tiene una manera de afrontar los nervios así. No obstante, si él prefiere distraerse y no pensar en lo que le preocupa, en lugar de hablar del tema, es tan lícita como la mía de querer hablar mucho sobre el tema. Siento que en algunas cosas somos distintos.
-Evaluación 3 (de la interp. 3 “Para que no me preocupe”): Me siento confusa, puede que su forma de que no me preocupe sea no darle importancia. Pero no sé qué esconde ese silencio. Preferiría saber qué hay detrás de ese silencio, para sentir si lo hace por mí.
– Evaluación 4 (de la interp. 4 “Ya hemos hablado del tema”): Me siento nerviosa, ya que hemos hablado muchas veces del tema entre nosotros, pero tengo la necesidad de seguir hablando del tema, y veo que con él no puedo. Aunque no lleve a ningún lado, hablar por hablar. Necesito hablar y repetir las cosas para tranquilizarme.
¿Qué hipótesis confirmamos y cuál descartamos?
Como hemos visto, una misma situación puede ser objeto de diferentes interpretaciones, desembocando a su vez, en diferentes emociones.
Para que no nos sobrepase el torbellino emocional, es importante que valoremos cada interpretación de manera individual y que realicemos un descarte o confirmación de cada hipótesis por separado. Esto lo conseguiremos buscando información.
Por ejemplo, en el caso expuesto podemos realizar diferentes acciones:
- Hablar con nuestra pareja sobre el tema, para conocer la causa por la que evita hablar del tema.
- Valorar si en la mayoría de ocasiones del tratamiento, ha sido un apoyo. Por ejemplo, acudiendo a la clínica en las citas más importantes, o buscando información sobre el tema.
- Conocer si nuestra pareja no exterioriza sus preocupaciones, y cómo las maneja.
- Valorar si es adecuado para uno mismo, para el otro y para la pareja en su conjunto hablar del tema de manera repetitiva, y sin llegar a un punto nuevo.
Normalmente, se suele cometer un error al evaluar la situación, ya que se suele realizar automáticamente antes de interpretarla (preguntarse porqué). Con su correspondiente evaluación o aceptación/refutación de la hipótesis.
Por ejemplo, cuando nuestra pareja nos cambia de tema, pensar y sentir automáticamente que es porque no le importa. En lugar de valorar diferentes posibilidades que pueden estar ocurriendo, con su consiguiente búsqueda de datos.
En la evaluación influye nuestra habilidad y nuestra actitud. Es importante tener en cuenta ambos aspectos porque influyen en nuestras interpretaciones. En este caso, puede que sepamos que nuestra pareja no habla del tema para no preocuparnos, pero aun así seguimos sintiéndonos mal.
Cuando ocurre esto, que terminamos de realizar el método D.I.E y nos sentimos mal, es importante preguntarnos por qué tenemos este sentimiento. Esto nos ayudará a conocernos a nosotros mismos, nuestras limitaciones y, de esta manera, conocer cómo podemos sobrepasarlas.
Espero que os resulte útil el método D.I.E, y lo podáis aplicar en vuestras próximas situaciones poco familiares. Si os surge alguna duda, u os gustaría hablar del tema, podéis contactarme a través de mi email maria.pena.ramos@gmail.com. También podéis visitar mi página web y mi blog para encontrar más información http://www.ayudapsicologos.com/
Join the discussion One Comment