Reportaje Semana Europea de la Fertilidad 2022
“Cuando supe que la mayoría de mujeres en mi situación se sentían tristes, agotadas,
frustradas, desilusionadas, culpables…. me sentí menos sola y eso es algo tan
sumamente importante que debería tratarse con mucho tacto al iniciar este proceso
que todos desconocemos”. María, nombre ficticio de una paciente de reproducción
asistida, desnuda sus sentimientos al confesar que nunca pensó que tendría que
recurrir a una clínica de fertilidad para ser madre y cómo este proceso le ha supuesto
una carga emocional que no imaginaba. “Conforme transcurre el tiempo, vas pasando
por sentimientos tan extremos que resulta a veces difícil de equilibrar”, añade.
“Aquellos que hacen la famosa pregunta, aparentemente inocente, de: “¿Para cuándo
el bebé?”, no son conscientes de lo que estamos pasando”.
“Es una situación con la que nos enfrentamos a diario en nuestras consultas”, resalta
la psicóloga responsable de la Unidad de Apoyo Emocional de Instituto Bernabeu,
Natalia Romera, que atiende a mujeres solas y a parejas que necesitan un respaldo
para comprender y aprender a canalizar la montaña rusa de emociones que viven al
enfrentarse a un tratamiento de reproducción asistida. “Son pacientes que, a menudo,
se sienten más aliviadas al saber que otros sienten y pasan por lo mismo”.
“Hemos asociado el proyecto de maternidad con sensaciones bonitas, de alegría, de
emoción… Y, en ocasiones, hay dificultades y se manifiestan sentimientos con los que
nuestra mente no está preparada para lidiar: frustración, impaciencia, tristeza, rabia,
incluso envidia a otras personas que sí logran tener un bebé”, resume la psicóloga que
recomienda “identificar las emociones con las que no contabas” y buscar un apoyo
profesional, siempre.
15% recurre a reproducción asistida
“Actualmente, un 15% de las parejas que quieren tener un hijo tienen que recurrir a la
reproducción asistida. Y es un porcentaje en aumento”, detalla la ginecóloga
especialista en medicina reproductiva de Instituto Bernabeu, la doctora Belén
Moliner. ¿Son cada vez más mayores los padres?, sin duda, no hay más que
consultar los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) para descubrir que las
españolas tienen de media 1,9 hijos y que entre 1980 y 2021 la edad para tener el
primer hijo ha crecido. En 1980 la mujer daba a luz por primera vez con 25,6 años; en
2010 con 29,82 años y en 2021 es de 31,54 años. La maternidad a edades más
avanzadas ya no es anecdótica y las mujeres de 40 y más años ya suponen el 10,7%
de la estadística. Lo corrobora la especialista: “desde hace más de 10 años he
comprobado en la consulta este aumento, que las mujeres son más mayores para
tener hijos, con una media de dos o tres años más”.
En el panorama europeo la situación es similar. En 2020, la edad media de las
europeas para tener su primer hijo eran los 29,5 años, las italianas y españolas son las
que más tarde deciden ser madres, y búlgaras y rumanas las más jóvenes con 26,4 y
27,1 años respectivamente.
Según los datos de la Sociedad Española de Fertilidad (SEF), en 2020 nacieron por
fecundación in vitro (FIV) 27.246 bebés y se realizaron algo más de 127.000
tratamientos. En el mundo, desde que en 1978 nació el primer bebé por Fertilización in
Vitro, Louise Brown, más de 8 millones de niños han nacido por técnicas de
reproducción asistida.
El impacto que supone para una mujer sana, que físicamente se encuentra en un
momento óptimo, conocer que no puede ser madre con sus propios óvulos, es
mayúsculo. Con cuatro décadas de dedicación a la medicina reproductiva, y pionero
en el desarrollo de las técnicas de reproducción asistida, el director médico de
Instituto Bernabeu, el doctor Rafael Bernabeu, ha vivido la evolución de esta
ciencia, la mejora de los tratamientos, que hoy se han simplificado y la tendencia a
tener un hijo cada vez más tarde. Aun así, el doctor Bernabeu advierte de que la
capacidad reproductiva de la mujer no ha variado ni evolucionado en milenios. A partir
de los 35 años, la reserva ovárica empieza a caer, la mujer dispone de menos óvulos y
estos son de peor calidad, porque desde que una mujer entra en la edad fértil, con la
primera regla, comienza a liberar, en cada ciclo, los mejores ovocitos y se va
perdiendo cantidad y calidad progresivamente.
¿Cuándo se debe recurrir a la medicina reproductiva? Si después de un año de
relaciones sexuales sin protección y a los seis meses, si la mujer tiene 40 o más años,
el embarazo no se produce, es recomendable consultar. La sociedad actual en la que
vivimos ha favorecido, en los últimos años, que la mujer retrase el momento de ser
madre, en buena medida porque opta por su desarrollo profesional antes de tener un
hijo; no ha encontrado la pareja adecuada o por las limitaciones económicas y sociales
que se le plantean.
Dada nuestra realidad, “lo mejor es prevenir y, sin duda, que las mujeres menores de
35 años vitrifiquen sus ovocitos”, recomienda la directora de la Unidad de Baja
Reserva Ovárica, la doctora Ana Fuentes. “Lo peor es la incertidumbre, porque si
supieras que vas a conseguir el embarazo…; pero hay un porcentaje de pacientes que
no lo consiguen y es muy doloroso para ellas”.
Cuando las causas son desconocidas, la investigación genética una importante aliada
en la búsqueda de respuestas. La directora científica del laboratorio de genética y
biología molecular IBbiotech, la doctora Belén Lledó, explica que la genética está
detrás de muchos de los casos que hasta hace poco consideraban al paciente estéril
de origen desconocido. Hoy los avances permiten ofrecer un diagnóstico. “La
identificación de genes y variantes genéticas asociadas a una enfermedad nos ayudan
a explicar los problemas de fertilidad y saber la causa en muchos de los casos”,
destaca la especialista, que recalca la seguridad que hoy día ofrecen los procesos de
reproducción asistida “donde hay muchos profesionales implicados”.
Anne, nombre ficticio de una paciente extranjera, lo tuvo claro. Quería evitar a su hijo
la enfermedad genética de su padre y renunció a ser madre con sus propios óvulos.
Decidió optar por la embrioadopción y hoy es la mamá de un bebé de dos meses y
medio que le ha cambiado la vida. Reconoce que también se le hizo tarde, porque
tenía 42 años cuando empezó a buscar el embarazo, ya que siempre había
antepuesto el trabajo a cualquier cosa. Hasta que llegó la pandemia y sus prioridades
cambiaron. “Siempre he puesto a los demás en primer lugar, y ahora mi hijo es la
máxima prioridad”, confiesa. Y sobre la implicación psicológica de la embrioadopción
ella lo tiene claro “lo gestas tú y es tuyo”.
Uno de cada seis niños nace tras un tratamiento de fertilidad
La edad es uno de los principales factores de infertilidad. Y hoy día en el mundo uno
de cada seis niños nace ya con ayuda de la reproducción asistida. En el caso de las
mujeres que superan los 41 años, más del 50% de los niños nacen por donación de
óvulos, un tratamiento que provoca un primer momento de rechazo en muchos
pacientes “usar el ovocito de otra persona no es la primera opción de las pacientes,
pero ante edad avanzada no podemos tener ovocitos suficientes para lograr el
embarazo”, explica la doctora Moliner, “cuando no hay otra opción, o se abandona o
se acepta. El apoyo emocional, en estos casos, es muy positivo”.
Hoy la ovodonación es la técnica más demandada y también la más eficaz, corrobora
el responsable del programa de ovodonación de Instituto Bernabeu, el embriólogo
Jaime Guerrero. Un proceso que en España es anónimo y altruista, ya que no se
puede conocer la identidad de quien dona en Instituto Bernabeu. El proceso de
selección es muy riguroso y conlleva controles médicos y psicológicos. Y se procuran
unas características físicas similares de la donante con la madre receptora.
Rosa, embarazada tras someterse a un tratamiento de ovodonación, echa la vista
atrás y se sorprende de las dudas que le asaltaron. Después de seis años buscando el
embarazo y diez intentos para lograrlo con sus óvulos, optó por esta técnica “Al
principio era reticente a la ovodonación; entiendo que sería porque tenía que pasar un
proceso. Después de la entrevista con la psicóloga y de empezar el proceso se
disiparon los miedos… y es que tras la transferencia y el positivo no puedo sentirlo
más mío. Es una sensación muy especial”, confiesa.
No son únicamente pacientes nacionales quienes recurren a tratamientos de fertilidad.
Instituto Bernabeu recibe, en sus ocho clínicas, a personas de 137 nacionalidades
distintas, lo que supone una atención médica de más del 55% de paciente
internacional. Muchas son pareja de mujeres o mujeres solteras que agotan sus
recursos en sus países de origen o vienen en busca de soluciones a las que la ley, en
sus países, no les permite acceder. Los resultados y la profesionalidad de los equipos
médicos y asistenciales permiten que sea posible desarrollar sin problemas el
tratamiento, aunque se proceda de otro país. Los avances técnicos y científicos, así
como la colaboración con especialistas en los países de origen, posibilitan optimizar
desplazamientos innecesarios a la clínica en España.
Nuestro país es un referente mundial en medicina reproductiva. La legislación que
regula esta actividad médica también es muy específica. En España es posible realizar
tratamientos a mujeres sin pareja y a parejas formadas por dos mujeres. La ley
permite realizar técnicas de diagnóstico genético preimplantacional para conocer si un
embrión es sano antes de implantarlo a la futura madre. La donación de gametos
anónima y altruista está permitida y regulada y es posible realizar tratamientos que
incluyen la ovodonación o la embrioadopción.
Sin duda, el viaje hacia la maternidad hoy es distinto al de hace cuatro décadas. La
sociedad ha avanzado, las familias son diversas y la mujer pospone la maternidad por
distintos motivos. La medicina reproductiva es mejor y es capaz de ofrecer soluciones
que antes eran inimaginables, pero cada caso es único y se vive de una manera muy
personal. Quizá sí sea mejor pensarlo bien antes de preguntar “¿Para cuándo el
bebé?”.