Buenos días,
Mi nombre es María Peña. Soy psicóloga sanitaria y colaboradora de Asproin.
Esta entrada es la continuación de una entrada anterior en la que hablé de las dificultades psicológicas más comunes que surgen al inicio, cuando se está buscando un embarazo de manera natural, sin conseguirlo, y las evaluaciones médicas para detectar un posible problema de fecundidad learn the facts here now. También expuse algunos consejos que pueden ser útiles en estos momentos. En esta ocasión hablaré de lo que suele ocurrir psicológicamente en las siguientes fases, durante el diagnóstico médico y la toma de decisiones. Además, realizaré algunas recomendaciones generales para cada fase. Posteriormente, en otra entrada, hablaré del comienzo del tratamiento de reproducción asistida y de los resultados obtenidos en la Beta-Espera.
Tercero: El diagnóstico médico
Cuando los resultados de los exámenes médicos informan de que existe un problema relacionado con la fecundidad, suele ser un momento de sorpresa, shock y muchas veces negación del problema. Aparecen diversos sentimientos, pena, rabia, impotencia y/o descontrol.
En este momento es importante la comunicación con el personal médico, para conocer en qué consiste el problema y las diferentes alternativas de tratamiento posible. También es importante pedirle información adicional, que posibilite una mayor comprensión del problema.
Pasado el shock inicial, se suele evolucionar hacia una preocupación real sobre el problema, monopolizando los pensamientos y experimentando sentimientos de pérdida y fracaso.
Suelen surgir enormes sentimientos de culpa y rabia. La persona diagnosticada de la dificultad de fecundidad suele sentirse culpable, con pensamientos relacionados sobre incapacidad de concebir ni de darle un hijo a su pareja. En el miembro no diagnosticado, es posible que para algunas personas les surjan sentimientos de odio, rechazo y de arrepentimiento por haberle escogido como pareja. Otras personas simplemente pueden vivirlo con tristeza y unirse más en este momento tan aversivo. Lo cierto es que no existen culpables, pues nadie eligió tener esa condición física y/o biológica. También son frecuentes los celos y envidia por aquellas parejas que sí han conseguido el embarazo. Estos sentimientos hostiles influyen en deseos de aislamiento y tristeza.
¿Qué puede ser de ayuda en estos momentos?
Es importante que la pareja se perciba como “un equipo” que rema en la misma dirección, ya que ambos buscan lo mismo. Para el miembro de la pareja que se le ha detectado el problema, es especialmente crucial la comprensión y el cariño. Tratar que ambos estén bien, ayudará a conseguir el objetivo, pues se mantendrán unidos. Para ello, puede ser útil la comunicación de los sentimientos, inquietudes y pensamientos. Resulta parte de la vida de estas parejas atravesar por ello, por lo que es importante experimentar e ir aceptando todas estas emociones que pueden surgir.
Los sentimientos de tensión, angustia, desesperación y pesimismo afectan a la propia imagen, a la imagen que se tiene de la pareja, a la autoestima y a la identidad como hombre y mujer.
Para muchas parejas, este punto resulta de especial dificultad y suele ser habitual contar con ayuda psicológica, ya sea de manera individual o dentro de un tratamiento de relación de pareja.
Cuarto: Toma de decisiones tras diagnóstico médico
Con el diagnóstico médico claro, se barajan diferentes alternativas de tratamiento junto con el médico experto en tratamientos de reproducción asistida. Se deben analizar las casuísticas de la pareja, dependiendo del problema y de las posibilidades económicas.
En esta fase es muy importante que ambos miembros de la pareja entiendan qué implican los diferentes métodos propuestos, cuáles son las consecuencias, qué efectos secundarios pueden aparecer y las posibilidades reales de éxito y de fracaso.
Llegados a este punto, la toma de decisiones debe ser reflexiva y conjunta (pareja y especialista). Es importante que cualquiera que sea la opción escogida, no existen dudas y se pase a la siguiente fase aceptando que existe un problema de fecundidad, prepararse para lo que viene e ir adaptándose a la nueva situación.
Un profesional de la psicología puede ayudaros en este sentido. Existen diferentes procedimientos de toma de decisiones que os pueden ser útiles según vuestra situación personal. También puede ser útil para ayudar a recuperar la comunicación efectiva con la pareja, así como soporte para aceptar el diagnóstico médico y lo que ello puede significar en el futuro. Espero que os haya sido útil esta información y recomendaciones. Cualquier tema podéis consultarme sin problemas.
María Peña, psicóloga sanitaria.
Maria.pena.ramos@gmail.com